Crecemos en una sociedad que nos influye con la idea de que necesitamos convertirnos en alguien, crear y proyectar una especie de personaje, una personalidad que presentamos a los demás. Aprendemos a auto-definirnos mediante el uso de etiquetas, tanto positivas como negativas. No percibimos el aspecto auto-limitante que implica el adoptar etiquetas en nuestro sentido de identidad.
De la manera en que te defines a ti mismo es como creas tu falso personaje. Usamos etiquetas para definir nuestra carrera, nuestros roles y relaciones familiares, nacionalidad, identidad racial, género, estatus como persona financiera, religión, condición física, apariencia, educación, aficiones, creencias, opiniones, pensamientos, sentimientos, todo.
De adultos esto se convierte en una idea concreta, en el título que presentamos en nuestra tarjeta personal. Años atrás, yo trabajaba como informático en una gran empresa, con mi traje y mi corbata. Cuando alguien me preguntaba "¿Quién eres?", inmediatamente entregaba mi tarjeta personal. Esto es lo que soy. Mi sentido de identidad estaba basado en mi título profesional y en la compañía que me había contratado. Internamente estaba lleno de miedo. Cargaba con todo el temor de perder mi trabajo y perder mi identidad. Es realmente doloroso cuando te preguntan quién eres y crees necesitar tener una respuesta.
Abandona la idea de definirte
La verdad es que no hay necesidad de auto-definirnos. Y la razón es porque no puedes realmente definir quién “eres”. La definición de quién eres está más allá de los conceptos, más allá del lenguaje y de esta realidad dual. No puedes saber quién eres porque el lenguaje es algo estático y no es capaz de definir algo intangible y en constante movimiento y cambio.
Definirte a través del pensamiento y palabra es limitarte. La vida es un proceso, está cambiando continuamente. La única verdad que puedes sostener con el lenguaje es “Soy”. “Soy” es una experiencia directa y personal. Cualquier adjetivo que añadas después de “Soy” es una declaración sobre ti mismo hecha en lenguaje estático, una definición limitante. Por lo tanto, permanece en el "Yo soy". Abandona la idea de definirte a ti mismo o a los demás.
"Gnana Yoga" es el camino de desaprender.
Cualquier cosa que pienses que eres, no lo eres.
Elimina cualquier cosa que no sea “Yo soy”
Quédate en el "Yo soy", deja todo lo demás.
Abandona la tendencia a auto-definirte.
- Sri Nisargadatta Maharaj -
Los dos planos
Solemos confundir el plano del “ser” con el plano del “hacer”. En el plano del ser, “Yo soy” es la única verdad para todos, mientras que, en el plano del hacer puedes elegir hacer lo que quieras y definir lo que estás haciendo. Puedes definir tu comportamiento pues no representa quién eres, sino lo que te apetece hacer, lo que estás haciendo.
La gente me pregunta: "Diego, ¿eres un chamán?" Yo les respondo, Qué significa eso para ti? Me encanta servir medicina, sé cómo hacerlo. Eso no define quién soy. Quien soy está más allá de toda definición. Servir medicina es la experiencia que estoy teniendo, no quien soy.
Así que recuerda, existe el plano del ser, en el cual "Yo soy" es la única verdad que puedes sostener, y existe el plano del hacer, donde puedes "hacer" muchas cosas y definirlas por lo que son, comportamientos. Pero no los mezcles, no los confundas. Habita en el “Yo soy”, disfruta el no saber quien eres porque no necesitas saberlo, no puedes saberlo. Sólo mantente presente, indefinido.
No hay nada que defender
¿Puedes dejar de buscar definiciones para darte un sentido de identidad? ¿Puede ser posible vivir tu vida sin definirte? Puede ser posible moverte por el mundo sin proyectar algún tipo de identidad fuera de Soy? Es completamente factible, y gratificante. Si no hay un personaje que proyectar entonces no hay absolutamente nada que defender. Te quedas en el ámbito del ser. Eres libre de estar en el momento presente y de simplemente ser y hacer lo que quieras.
¿Quiénes somos realmente? "Somos lo que queda cuando relajamos cualquier intento de definirnos". Cuando relajas tu tendencia a definirte, la fuerza vital que no estás usando para proyectar un falso Yo se encuentra ahora disponible para propósitos mucho más divertidos e interesantes.
Pretender proyectar un personaje ficticio es como tratar de inflar un globo que tiene una fuga de aire. No puedes dejar de soplar y nunca lograrás inflarlo, y consumirá toda tu fuerza vital si continuas intentándolo.
Piensa en todo el tiempo, esfuerzo y energía que inviertes en proyectar tu personaje al mundo, en desempeñar tu papel, en ser tú mismo. Entonces, una vez que tengas un poco de aprecio por el esfuerzo que eso implica, imagina no tener que hacerlo más. Imagina si pudieras dejar de ser tú y simplemente ser. ¿Cómo sería tu vida de diferente si no tuvieras que seguir conjurando tu existencia en cada momento y sólo existiendo?
Y, en la otra cara de esta moneda, está tu obligación de reflejar a los demás sus personajes de vuelta así como ellos te reflejan a ti. Que tal si rompieras este pacto social de mutuo ego-aseguramiento? Que tal si pudieras soltar estas dos actividades que consumen tanta energía? ¿Y si quitas toda la energía del personaje ficticio que interpretas? Y ahora, ¿qué pasa si todos lo hicieran?
“Al mantenernos internamente indefinidos,
nos convertimos en nada,
pero al mismo tiempo en potencialmente todo.
Es como ser el cielo en lugar de ser una nube,
como ser el océano en vez de una ola.”
- Arjuna Ardagh -
Despréndete de todos los sistemas de creencias, cuestiona todo el tiempo. Recuerda, “una creencia es una capa innecesaria sobre la simple realidad", así que ponte en contacto con la simple realidad, quédate ahí, sintiendo la bondad natural en el fluir de la vida, la belleza del silencio, convirtiéndote simplemente en el testigo.
Si quieres encontrar espacio interior, hazte consciente de ser consciente. Dí o piensa, "Yo soy" y no le añadas nada a eso. Sé consciente de la quietud que sigue al “Yo Soy”.
La verdad última de quién eres no es “Yo soy eso”, sino “Soy”
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